Thursday, August 16, 2012

Cada mañana se va haciendo con pequeños pasos o torceduras en la escala del fagot, si te importa el cielo donde abundan las flautas de la invención pero si descubres un perro en el rincón de la melodía es como decirle a la locura que navegue o corra por otros pasadizos de palabras en el juego de ajedrez y serán las torres emblematicas la corazonada de los diarios toda la brujería de los acontecimientos para alcanzar el llano donde la vista se pierde sin estar colonizada en una incertidumbre de abejorros y caballos barcinos porque te devuelve el tiempo la miseria de correr contra todas las polleras y todos los atajos tomando del agua de la escritura en tu eterna melodía silenciosa. Escribo por la anatomía de los anocheceres por los huesos de cada mañana por la sopa agradecida y el zapallo y la verdura escribo entre renglones y regletas ubicando el misterioso universo de las palabras en los zapatos de taco alto donde se confunden las tuberías del amor con todos los espacios de la nada por si quisieras caminar flautines agudos noches de sombra como extraños cangrejos bipolares haciéndote cargo de un diagnostico de maizales y de hambre que se va encerrando en las corcheas como si fueras un espejo o un perfume donde va quedando el siglo traspasado, viviente, en ayunas, por las mañanas de redención del sonido que acostumbras, en maderas insólitas, porque viene una armadura y te quiero con mis ojos vencidos por el fa sostenido de mis sueños.