Friday, January 24, 2020

Yo escribo para rescatar mi filiación, para sacar a mis padres de la sombra, para revivirlos, escribo para iluminar mi oscuridad, porque en el fondo soy un ser oscuro, desde mi falta de palabras puedo imaginar grandes ciudades y le hablo a las ciudades, puedo inventar largos viajes en mi juventud y puedo atravesar mi juventud; como hice para ser sin padres, dando los pasos necesarios para enloquecer, de estar desorientado y perdido pase’ a la armonía, juntando los pedazos de mi historia, de mis hijas, de mis hermanos, de mi mujer, atando cabos resurgí entre las piedras de la mano de mi madre, renací en el cuerpo de mi madre, la imagine por las calles de buenos aires , en los colectivos, sonriente la vi en mi cuerpo, le di mi ser para que pudiera reconocerme en mis calles, en mi casa, lo vi a mi padre, lo hice nacer, le devolví la pareja que fue y que no hablo’, la puse a su lado como amantes desnudos en una cama, los contemple amándose, eso hice en la noche que me concibieron y me quede en paz de haber sido el director de la escena y al mismo tiempo el actor principal. Me sentí realizado de poder reescribir mi historia y de tenerlos a todos presentes. Es como volver a mi naturaleza, lo que me da identidad, poder decirlo en voz alta, poder compartirlo en toda mi plenitud y fortaleza.
Tu vientre es arena tu vientre es noche profunda, palabra que nace para desvestirse en la literatura, tu vientre es cielo, es agua es locura, tu vientre es un diamante, una pulsación que me lleva por todos los territorios sonoros, un dulce amanecer, la ternura de tus manos escribiendo el poema, tu vientre camina tan lejos, es de tal distancia la arquitectura de tu palabra, como los miedos en la noche, como mi infancia despojada, tu vientre es luna y es mar en todas partes tu voz, en tu vientre, la barcarola celestial que admiro en la penumbra porque tu vientre es luz y voy en ti hacia los designios de la escritura, pensándote, en tu muerte temprana, en tu muerte de luz.
Si pudiera dormir inventaría un mundo de agua para vivir en él, como se vive en el seno de una madre, inventaría los recursos para soñar despierto, todos los sueños posibles, mi cuerpo marcado por un gran océano, mi cuerpo florido, lleno de caricias de sueño para habitar el ultimo reducto planetario, en plena metamorfosis, mi madre azul y profunda, mi madre de nácar batiendo las campanas de la iglesia, mi madre noche fosforescente noche de armiño para liberar a todos los presos de sus cárceles, a todos los locos de su profundo encierro , así me pliego en esta escritura de los orígenes y doy mi voz para que se amplíe en la comisura de tu boca, madre, en las huellas de tus manos, en la siempre viva hermandad que me habita, cuando se callar por la falta de sueño, cuando me quedo acostado y lo intento y le pongo un nombre a mi impotencia, en todas las constelaciones ciudadanas, como en un silencio o en un abrazo, yo me demoro hasta que surgen en mi los deseos, puedo bailar mis propias ocurrencias, puedo enredarme en mis constelaciones y rutinas, siento llegar la hora de la renuncia y en ese mar lleno de gaviotas y de peces me suelo hundir en el abismo de mis propias profundidades, como en una danza perfecta, elimino las aristas del juego para ser el juego mismo y siento que nace en mi el fuego y también el misterio de la infancia, donde emprendo el viaje que me muestra todo camino y me sacudo los hábitos y los vicios para volver a nacer, para escribir el paisaje de mi sangre en las montañas, donde debo estar respirando otra vez los primeros pasos, las primeras tentativas de la palabra.