El corazon y el sol, como dos primaveras de la palabra, combatiendo el tedio; y yo aqui encerrado, en un rincon celeste, del color de mis venas, con todas las ganas de vivir, incendiado por dentro de mi caparazon de tortuga, descifrando lo que dicen las medallas, en las playas mas inhospitas, me embarazo, me siento renacer, puedo dialogar con otras voces que se abren camino en la hondura pedregosa, en la trama de mi piel, buscando un rumbo para acertar este juego de arcos y de flechas, donde hacemos el amor como si fuera todos los dias, cara a cara, cuerpo a cuerpo.

Me quede sin cuerpo y me fui tan lejos como fuera posible. Lo que quedaba de mis manos acariciaban la noche estrellada. Mi boca en el precipicio, mi rostro de maiz en los cañaverales. Asi me fui desintegrando mas y mas hasta dar contigo, en algun cielo posible. Como en un sueño viniste a tocarme; me despertaste y te vi llorar en un rincon y te vi, mas alla de los años, te vi. Mi cuerpo se volvio a juntar , yo tambien elegi un rincon para llorarme. Mis manos apenas podian contenerme, de todo este sueño me forje lunatico, de tanto despertar, me volvi a desintegrar y conoci todos los abismos y todas las razones para estar vivo.

La nostalgia acaricia los labios de la melancolia. sos mia en mi algarabia. un simple mazo de nueces, riquisimas, ya veo, cuanto me sangra el alma, cuanto de dolor voy tirando por el camino; mi pelo gris tambien tira por los senderos de agosto, quien dice tu dolor, dice una yunta de bueyes y es como una trompeta o como un saxofon mis ganas de vivir a pesar de todo, en mis huellas arrancadas a la noche; mi murmullo que pesa como una sombra . Guapo para hacerte el guapo y no saber como vas moviendo tu trinchera, mientras me dicto la palabra , me insinuo lunatico, trato de dormir mi soledad, mi angustia se rebela estrellada como el cielo; solo se andar en mi pensamiento, la fiebre del sol, mi desayuno, mientras las arañas tejen su cita con el hambre, el sol da vueltas y vueltas en mi sudor, cierra su agonia el triunfo del amor, una manzana roja en la boca del tiempo, donde se abren majestuosos los colores del fuego.

Frio para un parto en medio del oceano, voy llevando la balsa en el medio del pacifico, con las ganas de cantar mi llanto, por tanto nacimiento, por tantas ganas de vivir. Una brisa celeste como el cielo y cuando llega la noche las estrellas titilan sangre de aromas tibetanos El cordon umbilical del tiempo, de recostarse en el asombro; de las raices que acechan por tanta renuncia, escribiendo la espuma marina. y una mujer que da su llanto en el grito , su niño, su bebe minusculo y el movimiento del mar, porque duele el mar en sus manitos, en sus ojos recien nacidos, como un gran sueño, como la ultima verdad, la eterna danza de la leche desde tu pecho; y la balsa va siempre hacia adelante, el llamado a vivir, con tu nombre como una perla, llena de luz, como un topacio. Hay piedras en tu alma, tan brillantes como un diamante. Piedras que son nacidas a martillo, a hierro bruto, para amar la escritura en las velas viento arriba.