Fugarse del vacio; de la falta de amigos, del dolor de la soledad, para quedar desamparado en las sombras de la locura; querer y no poder atravesar los muros del estigma, la relacion con los vecinos, perder el tesoro del amor, esquivar a la mujer deseada; la fantasia y sus mascaras, la caida en un abismo sin nombre, sin rostro, a eso le llaman bipolar para sepultarlo en una cripta dorada, para lanzarlo al mar y darle muerte, porque esa depresion que el siente es la agonia del dolor de la muerte.

De mis espinas, que puedo decirte; una vez mas sentado en el abismo, respiro con la amplitud del paisaje y me duermo al sol, como si estuviera muerto. Las rosas son puñales en mi corazon; y una vertiente de agua me sacude justo donde va a dar mi sombra. LLevo un paraguas para calmar mis heridas y una noche estrellada me acaricia. El roce de tu blusa, luna mia viene a entretejer los resquicios de mi pena. Es honda la penumbra y duele saber que tus manos empalidecen. Una mañana tras otra bajo un cielo azul y profundo y en la tierra el olor de la hierba yu una canasta llena de berenjenas. La locura se parece a este ir desgranando frutos. al aroma de la menta, al trampolin de la pileta. Escribo sobre lo que va quedando de mis huesos; escribo sobre mis zonas oscuras para exorcizar mis demonios. Cada noche es una esquina, un conjunto de edificios y unos arboles que me hablan con su savia profunda como mis venas, hojas que son mi alegria de vivir, ramas que calan en mi cuerpo y dibujan la esperanza.

Por todas esas contradicciones, por golpear y golpear, por el idioma de los gases, de toda la represion, nos convertimos en bestias con un manual para bestias; para lastimar, para matar nos educamos con mucha educacion. Cantamos el himno, juramos la bandera, vamos a misa y en nuestra vida domestica somos los poderosos que mandamos, con un corazon de acero, somos frente a la diferencia el gatillo facil del doble discurso, tu mujer, mi mujer, desposeida, maltratada sabe callar sus propias heridas, vos señor, vos policia, vos que sos cualquier cosa menos un hombre; atascado en tu palabra, violento porque si, maniatado en tus argumentos ya no sabes por donde se escapa tu verguenza de no saber porque, el animal que llevas dentro vocifera, retumba, grita y te deja como un niño pero bien machote, tan sangriento, tan desesperado.

De barro mis palabras, agua que corre por mi sangre, ciclos que se superan en multiples nacimientos, asi voy lentamente mirando el cielo hecho de cebollas, integrando mis paises interiores, atravesando mis infiernos, como un angel del mal. Asi voy con mi carreta llena de zapallos y de pajaros en el barro de mi escritura, combinando paisajes, frutas y mendigos que van pariendo estampidas y gritos, los mendigos que cabalgan en sus nacimientos noches estrelladas, columpios de niños atravesados, fuertes conversaciones de mujer, de corpiños y medallas, de pelucas y vestidos. Asi en ese grito que nace desde la vegetacion del rio nace la locura, a veces graciosa, a veces siniestra, con la boca bien abierta, con la dentadura al sol, todo lluvia, todo raiz, todo tempestad.