Siempre que te pienso, en tu clara compañia te dibujo, y se forma en mi interior un jardin lleno de pajaros y te encuentro en los libros, en mi refugio y voy mas alla de mis pasos y a veces me siento un niño que recorre un mundo lleno de peces; un niño afortunado de tenerte y descansar en tu sombra. Se me ocurre ahora que recupero ese niño para mi una idea fugaz y redentora; vuelvo al origen de mis religiones sin dios, me dejo envolver por todas mis palabras para vencer todas mis oscuridades; la llama que vibra alrededor de un circulo, el sol de la mañana que repara mi dolor, piedras preciosas para caminar por el parque y saber que te alcanzo en una hija, en un embarazo premonitorio, una hija como una adivinanza, llena de hojas de papel y de pentagramas y notas musicales, eso me trajiste al mundo de mi respiracion.

Que es lo que crece en la casa de la locura. Un nido, un pajaro, el vientre de una mujer, su niño enfermo, sus caderas. Y en la sangre de los molinos; una palabra vacia, una rosa de papel. Que es lo que crece en las heridas de la locura, una fantasia que se deshace sola, el aire que respiro envuelto en un mantel, como un orgasmo tibio, como las alas de un pajaro. Tibia la mañana de la locura detras de la mujer desnuda; tibia la mirada de cisne blanco como una mordedura, vamos todos a aprender de la tibieza de los animales de la locura; del orangutan, del gorila, de la mariposa de mis manos que escriben en los bordes del palomar.