Esos cielos de buenos aires, esos pajaros que se encolumnan. Tristeza de grandes aristas, aire para respirar corazones y perdidas, alli las serpientes voladoras en la piel del sol mas negro, donde habita el tesoro de los cuchillos; no puedo inventar mas relatos; los niños duermen en las calles, los barcos de la infancia, la nostalgia, inventar las manos de mi madre, inventar su sonrisa; todo sabe a fuego cuando inventas las cenizas, en el ultimo baile, en la final de todos los partidos, una mañana para nacer a todas las mañanas sobre el muro de las ratas, lo que rebela el tiempo de correr hacia adelante en la tarea de escribir, siempre la agonia de la pobreza, siempre un cuento para contar.

Siempre que te pienso, en tu clara compañia te dibujo, y se forma en mi interior un jardin lleno de pajaros y te encuentro en los libros, en mi refugio y voy mas alla de mis pasos y a veces me siento un niño que recorre un mundo lleno de peces; un niño afortunado de tenerte y descansar en tu sombra. Se me ocurre ahora que recupero ese niño para mi una idea fugaz y redentora; vuelvo al origen de mis religiones sin dios, me dejo envolver por todas mis palabras para vencer todas mis oscuridades; la llama que vibra alrededor de un circulo, el sol de la mañana que repara mi dolor, piedras preciosas para caminar por el parque y saber que te alcanzo en una hija, en un embarazo premonitorio, una hija como una adivinanza, llena de hojas de papel y de pentagramas y notas musicales, eso me trajiste al mundo de mi respiracion.

Que es lo que crece en la casa de la locura. Un nido, un pajaro, el vientre de una mujer, su niño enfermo, sus caderas. Y en la sangre de los molinos; una palabra vacia, una rosa de papel. Que es lo que crece en las heridas de la locura, una fantasia que se deshace sola, el aire que respiro envuelto en un mantel, como un orgasmo tibio, como las alas de un pajaro. Tibia la mañana de la locura detras de la mujer desnuda; tibia la mirada de cisne blanco como una mordedura, vamos todos a aprender de la tibieza de los animales de la locura; del orangutan, del gorila, de la mariposa de mis manos que escriben en los bordes del palomar.

Fugarse del vacio; de la falta de amigos, del dolor de la soledad, para quedar desamparado en las sombras de la locura; querer y no poder atravesar los muros del estigma, la relacion con los vecinos, perder el tesoro del amor, esquivar a la mujer deseada; la fantasia y sus mascaras, la caida en un abismo sin nombre, sin rostro, a eso le llaman bipolar para sepultarlo en una cripta dorada, para lanzarlo al mar y darle muerte, porque esa depresion que el siente es la agonia del dolor de la muerte.

De mis espinas, que puedo decirte; una vez mas sentado en el abismo, respiro con la amplitud del paisaje y me duermo al sol, como si estuviera muerto. Las rosas son puñales en mi corazon; y una vertiente de agua me sacude justo donde va a dar mi sombra. LLevo un paraguas para calmar mis heridas y una noche estrellada me acaricia. El roce de tu blusa, luna mia viene a entretejer los resquicios de mi pena. Es honda la penumbra y duele saber que tus manos empalidecen. Una mañana tras otra bajo un cielo azul y profundo y en la tierra el olor de la hierba yu una canasta llena de berenjenas. La locura se parece a este ir desgranando frutos. al aroma de la menta, al trampolin de la pileta. Escribo sobre lo que va quedando de mis huesos; escribo sobre mis zonas oscuras para exorcizar mis demonios. Cada noche es una esquina, un conjunto de edificios y unos arboles que me hablan con su savia profunda como mis venas, hojas que son mi alegria de vivir, ramas que calan en mi cuerpo y dibujan la esperanza.

Por todas esas contradicciones, por golpear y golpear, por el idioma de los gases, de toda la represion, nos convertimos en bestias con un manual para bestias; para lastimar, para matar nos educamos con mucha educacion. Cantamos el himno, juramos la bandera, vamos a misa y en nuestra vida domestica somos los poderosos que mandamos, con un corazon de acero, somos frente a la diferencia el gatillo facil del doble discurso, tu mujer, mi mujer, desposeida, maltratada sabe callar sus propias heridas, vos señor, vos policia, vos que sos cualquier cosa menos un hombre; atascado en tu palabra, violento porque si, maniatado en tus argumentos ya no sabes por donde se escapa tu verguenza de no saber porque, el animal que llevas dentro vocifera, retumba, grita y te deja como un niño pero bien machote, tan sangriento, tan desesperado.

De barro mis palabras, agua que corre por mi sangre, ciclos que se superan en multiples nacimientos, asi voy lentamente mirando el cielo hecho de cebollas, integrando mis paises interiores, atravesando mis infiernos, como un angel del mal. Asi voy con mi carreta llena de zapallos y de pajaros en el barro de mi escritura, combinando paisajes, frutas y mendigos que van pariendo estampidas y gritos, los mendigos que cabalgan en sus nacimientos noches estrelladas, columpios de niños atravesados, fuertes conversaciones de mujer, de corpiños y medallas, de pelucas y vestidos. Asi en ese grito que nace desde la vegetacion del rio nace la locura, a veces graciosa, a veces siniestra, con la boca bien abierta, con la dentadura al sol, todo lluvia, todo raiz, todo tempestad.

Las puertas estan abiertas de este par de corazones, uno mira como aletea el tiempo, como se van las cosquillas en el mundo, hay un pasado que inquieta, todos vamos a morir en esta penumbra dulce, cerca de este ventanal. El amanecer mas proximo lleva un reloj por horizonte; en el mundo de los sueños y alli vamos con nuestro esqueleto a dejar el frio que sentimos ante la presenccia del angel. Estamos convencidos de nuestro delirio, vamos por el oscuro sendero de la locura y nada decimos y nos encierran. Ese cielo azul nos inspira, nos deja una marca solar, apenas conocemos los libros sobre los que cabalgamos; hay una flor de vidrio, hay una mariposa y una calavera, hay una caja llena de gusanos y un sol que estalla sobre las escaleras del templo. Pescadores al acecho, peces en un sombrero, cuchillos para desfondar el tiempo, en este invierno rosado. Mientras tanto el azar nos lleva de la mano hacia profundos rincones. Somos los reyes de la baraja, somos la sombra de la intemperie. En todos los rincones de este mundo plantamos un arbol y una sombra. Asi crecemos, asi agonizamos.

en ese espacio entre la palabra y el silencio voy creciendo. Nada me detiene, intuyo que esta realidad espaciosa me moldea, se abre paso la politica con sus simbolos y sus quimeras, estoy navegando la tierra con un arado de reja. Y cultivo la semilla que encarno para surgir, para nacer, este mundo pequeño y sanguinario me reserva un rincon para meditar, la exploracion de la siembra me empuja hacia el mundo femenino, yo mismos encajo en estos pliegues, en estas cajas de carton. Y a veces, cuando se larga la tormenta respiro con el trueno y me siento revivir.

Siempre pense tu sombra, de donde me habias dado a nacer, pero me enamore de los ataudes, de la sepultura, las callecitas de los cementerios, las bovedas de la recoleta; todo lo que sabia a muerte me iba ganando como las orillas del rio yo pensaba tu sombra, no podia recordarte, no podia imaginarte, hasta que un dia, no me preguntes como, desperte a un gran sueño, te vi detras de cada foto con vida, fue el fin de mi melancolia, salio el sol para mi, la encarne en mi interior como se encarna un personaje y pude nombrarla y soñarla, ella era mi madre, mi angel de la guarda, Elena.

Sufrir hasta que se agote el sufrimiento, no hay mas que pedir sino un poco de paz en nuestro interior, las venas sanguinarias al sol del mediodia; este invierno que padece la razon de las mascaras, en la gratitud de los ocasos, en la limpieza terrena, donde me doy a nacer para conjurar el futuro de Elena, la creacion en la cama de mis padres, una semilla que irradia vida; unas manos inquietas en una buardilla a la noche de octubre, tanto tiempo llorando la siembra, tanto amanecer agitado, un cuchillo para cortar la historia, una madrugada para el parto, para nacer una y otra vez a lo largo de depresiones, de encierros para tocar la melodia que se agita cada vez que se empuñan los delirios.

Hace tanto tiempo que lo vi nacer, una hermosura como el sol, una flor que trae su simiente y de pronto se pierde con sus zapatos de lana, enredadera profunda, quieta el agua fria de invierno, el niño desaparece con su carita de maiz y nadie lo encuentra, sus padres lo lloran, hace tantos años que nacio en la herida mas profunda, las lagrimas del silencio, las lagrimas del pueblo, ya nadie sabe que hacer, de las tumbas profanadas, quien lo busca, quien lo lleva, quien lo trae, el niño perdido en su inocencia, se viven los murmullos, en algun momento van a encontrarlo, muerto o vivo, con la llaga de un llanto premeditado, hace ya tantos dias del dolor quienes roban los sueños, de la eterna penumbra del sufrimiento.

De que diente nace la muerte, cuando estalla de tanto vivir, en los tempanos grises se enciende la luz, se mezclan los almibares con la sangre sucia de los cuchillos. En esos pliegues donde se entrega el sol y el amanecer, se ve el hambre de los pibes, las madres que no son escuchadas, todo el pais que se desmorona, las ganas forzadas de reir a traves del llanto y en un segundo toda la represion , lo que va quedando en los margenes atravesados por el silencio, todo lo que vale este recorrido por la prosa, lo que queda en los pedazos de miseria, todos los recortes de la pobreza y las ganas de nacer en otra parte, en cualquier llanura de la belleza, en la posibilidad de otro pais diferente, con otros naipes, sera otro descanso, sera otra muerte, otro alimento.

sera que senti lo profundo del corte y la herida en las raices. En cielos tan azules me deje llevar por la savia desde la corteza; cuando mis manos abrasan el arbol, el llanto demencial de un extraño con motosierra, yo vi todo eso y fue mas llanto, mas muerte, todo se lleno de miseria; asi vi como mataban al arbol de mi barrio

Al pensar que estoy solo, me dejo llevar por una gran marea en un mundo que entra y sale de la muerte. mis padres quedan atrapados en en una infancia que huele a hierba, Mañana sera el dia del cumpleaños de helena; sus manos tocaran la huella que falta para vencer el tiempo; el pais retrocede, la vida se empobrece, es el turno de los charlatanes, todo cabe en el recuerdo ; asi como un sueño me desvela, asi encajan los mamarrachos, asi me quedo quieto como un cadaver, asi los veo en este circo romano, listos para pegar el gran salto al vacio. mis padres del derecho y el reves, bailando por los grandes premios, ida y vuelta la gran pincelada, alrededor del mundo, con ganas de partir muy lejos para entregarnos las jaulas de los pajaros de oro donde el pais se deshace bajo un reino de mermelada.

Cual es la magia, en el huevo y la gallina, que ganas de interpretar esta musica, alrededor mio, estos vientos, estas gana de llorar, cuando inesperadamnte me dejo llevar por la turbulencia del miedo que me impone su margen. En que clase de futuro, en que clase de arbol renacera esta niebla, simplemente el alimento que se nutre de armiño, en toda su mortaja, mujer de las tormentas, donde tu rostro sabe a manantial, mujer como las aceitunas, crece como una cruz en los grandes cielos, al galope de los caballos en la luna abierta; al sol de la potranca, en la sangre del ternero; eso era la estancia con las ganas de vivir, en un penacho de cardo y sus espinas; eramos martires de todo eso, y mucho mas. Casi un escandalo de notas desafinadas en el hambre de los niños, en el llanto universal.

Sobran los panes, se amontonan donde arden las bocas de hambre;les quitan el odio, el mal humor: Yo se mucho de la muñeca rota, de la sortija en el parque, lo que trate de pintar, pero conozco la sorpresa de los cielos azules; el barro en este pais de sangre, las ganas de vivir y no encontrar el pasado, o encontrarlo en una quimera del presente. Sentir que hay paz en tu corazon y que hay un mirada en cada niño que vuela, sentir los viejos zapatos de la blancura en el asfalto, como una membrana que se pega en el interior del cuerpo, una bandera de hambre y de niño, en las ganas de tejer los delirios. Donde corren los aburridos, donde te esperan hasta morir, hast soñar los cielos dibujados. Estallan en la principal mordedura, en el lugar de los ciegos y me quedo entre ellos y aspiro a ser la gran culebra en un mundo inquieto, hecho de ladrillos, un mundo que se limpia las manos con olor a fieltro, ahogandose en la tierra de los zapallos.

segun los libros yo deberia estar en otra parte, en algunas novelas me voy consumiendo y llego a tocar el cielo. En otros capitulos siento la mordedura de la serpiente y mi espiritu cae con rapidez. Pocas veces me rescato como un hombre integro, mi integridad esta en los en los morgenes,, cuando trato de enredarme y abrazarme por un momento. Voy recordando casi todos mis itinerarios, desde mi nacimiento, los años que tuve padres, mi orfandad, mi adolescencia, todo lo que pude enterrar, todo lo que fui padeciendo desde la locura, todo lo que olvide, toda mi memoria recuperada, mi cuerpo hastiado y la tentativa incesante de sanar, ya que desde siempre he luchado por la salud asociandola a la vida, sumando los silencios y los buenos dialogos.

Voy a tirar del carro como la petisa del carrito. Por donde va ella voy yo con dos limones, bajo la lluvia. Ya saldra el sol que hara espuma de nuestros corazones, en el puerto de oliden, que sera el puerto de nuestra infancia; donde nos hermanamos para vencer el tedio, a la vuelta de los maizales escribir sera posible, parir tardes eternas y vendra el tiempo a arrancar tu ausencia. Una vez mas mi madre sera el universo sobre todo en el gallinero, porque yo amaba las gallinas y los caballos y esos cielos azules y estrellados, las galerias, las lantanas y la calle de eucaliptus.

Enfermo de viruela recorria la biblioteca, hombre guacho de todas las lecturas, en el fondo siempre niño de colores pardos, siempre marginal por huerfano, los colores del tiempo, la nervadura hecha arbol, siempre mirando en las alturas de toda literatura. una vez mas el llanto enebrado en una aguja por donde pasa el invierno y disfrutar del sueño, de la memoria de los padres, porque los padres son los que empujan la vida hacia adelante con las palabras y los gestos; señores de la vida de todo caballo, de todo sudor, en los cementerios, en las lapidas los libros abiertos de tu saber; la luna sangrante de tu melancolia.

No tengo las palabras para escribir lo que antes era el corazon apuñalado de la noche. La realidad de los diarios fulmino mi poesia. La politica me lleno de tanta tristeza. no se cantar tanto robo, tanta pobreza, esta agonia me deja sin aire, lleno de temblores y no encuentro las palabras para subir la ultima escalera. Solo la luz de mi ventana alumbrara mi espalda. Los libros me han vencido, donde quedo todo el saber, noches de papel en la pobreza de los ojos donde solo veo un manto de ceguera. no se como terminar esta frase, mi canto se hace amargo, todo se desace en llanto, vivo en una penumbra abierto en muchas heridas.

locura por la gente, andando voy, siempre atento, entre mis miserias, en el agua de la locura, siempre voy, ningun encierro desata mi locura, cuanto dolor, cuanto sufrimiento, una vez mas mi madre es una cama, un abrigo en sus brazos, siento como una piedra en su belleza su final: Mi locura es un embarazo. Mi locura desata nuevos mundos en otros paises, nuevos gritos, nuevas constelaciones en mis sueños, la llama viva del canto, el aire liviano de la tarde, hospitales blancos, me duermo de dolor y solo el sueño me aliviana y solo la gente me lleva en andas, solo caamino con otros, me mezclo en sus pasos, me dejo ir por las calles, un llanto inquieto en los cementerios, una rosa profunda como la sangre. Atando cabos como misterios, como noches eternas.