Estar en la tentativa de agruparse para aprender de los demas; lo inquieto de la pareja cuando el divorcio lastima y el amor se trastoca. Cuando uno ensambla las piezas del mal y rompe con un acuerdo que ya parece imposible, con una herida en su nucleo infantil, ahi se encuentra mercedes, se dan vuelta todos los humores, la taba marca la hora de un destino enfermo, los niños no dejan de llorar, mi niño interior no hace mas que esconderse en el llanto, llueve que es llanto de dios sobre mi cuerpo blindado. La ciudad como territorio de la mistica. Buenos aires divina llora al padre y al hijo, todos los padres lloran juntos, todos los hijos devuelven su llanto, la mujer de piedra tambien llora en un mundo de calabazas y pescado frito. Nos movemos en torno al llanto, entramos en los hospitales donde nuestras lagrimas se enfrian; somos una vez mas victimas de la medicina. Temblamos a morir. Nos trasladamos hacia un posible nacimiento y al intentar hablar nos desvanecemos en el- silencio. Nuestra libertad golpea como un martillo; nuestra voz se muerde en la cola como un perro, cada paso que damos es un nuevo tropiezo hasta que un dia pleno de fulgor vuelvo a nacer como un arbol con sus hojas y sus ramas, y todas sus raices en el llanto original que recupera y recrea la maternidad mas sagrada.